Una colección de prendas cómodas que cumplen un requisito fundamental: incitar al juego. Conoce la colección en la zona de los jóvenes talentos de FIMI
Cada uno de los diseños va relatando de principio a final la historia de cómo la luna llegó hasta el cielo, una aventura protagonizada por una niña llamada Lúa. De esta manera, vamos descubriendo modelos inspirados en los personajes del cuento: niños, animales y elementos celestes que en esta colección se convierten en auténticos protagonistas (como las nubes, la lluvia, el arco iris o la luna). Si ponemos las fotos de los diseños una tras otra, siguiendo un orden cronológico, y acompañadas de un breve texto, obtenemos la historia.
Los diseños responden a un estudio de campo realizado por la diseñadora, donde se pone de manifiesto que la necesidad principal en la infancia es el juego. Los niños aprenden jugando y al disfrazarse adoptan los valores que llevan asociados los personajes de los que se disfrazan, creando un imaginario infantil con el que los niños se identifican y donde la indumentaria y el juego adquieren un papel fundamental.
Las prendas de la colección son cómodas y cumplen un requisito fundamental: incitar al juego. No son prendas estáticas sino que llevan una acción-juego implícita en cada diseño. Los vestidos rojos, por ejemplo, esconden el arco iris que aparece cuando las niñas unen sus manos y levantan las mangas. En las anillas de los vestidos, las pequeñas pueden introducir pompones de distintos colores y jugar así creando sus propios diseños. La diseñadora introduce así un concepto inédito en el mundo de la moda infantil: el concepto de “ropa-juguete”. Son prendas concebidas, no sólo para que el niño se vista, sino y sobre todo para que el niño juegue con ellas.
Predominan los tejidos naturales como el algodón (lino y terciopelo) y la lana merina tricotada a mano de forma artesanal. Pero también hay sitio para los plásticos de tal modo quela combinación y contraste de estos tejidos proporcionan gran riqueza de texturas que nos transportan a la naturaleza pero sin perder modernidad.
La gama de colores es una combinación de tonos “nude”en contraste constante con los siete colores del arcoíris que irrumpen en las prendas aportando un derroche de color.
El toque de fantasía lo aportan unos tocados zoomorfos con los que los niños pueden disfrazarse y un original tocado con la forma de luna, para el personaje protagonista “La princesa de la Luna”.
Esta colección es en definitiva un retorno a la infancia de la diseñadora. Con ella cuenta el cuento que le contaban cuando era pequeña y que ella quiere contar a los niños ya su sobrina Lúa recién nacida a la que le ha dedicado este primer trabajo, demostrando así que la infancia antes y ahora es eterna y es mágica siempre que a los niños se les invite a jugar.